Se define como el proceder con rectitud e integridad. Una persona honesta no sólo se respeta a sí misma sino también al resto de sus semejantes. La honestidad implica, además, la franqueza y la verdad.

Permite al ser humano reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades y derechos de los demás y del entorno. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad. Se expresa por ejemplo hacia las personas, la naturaleza, las leyes, las instituciones y la autoridad.

Entendida como la capacidad de contribuir a la preservación y uso racional de los recursos naturales del entorno, permitiendo así un desarrollo sostenible de la comunidad. El principio de Conservación.

Entendida como la capacidad para la toma de decisiones propias de manera responsable teniendo como base la consideración por el otro, el entorno, la vida, la sociedad.

Entendida como la capacidad de ver a los otros individuos como semejantes, y dignos de cuidado y respeto; lo que permite compartir no sólo lo material sino también lo espiritual.

Retomado del sistema constitucional, la dignidad se halla íntimamente vinculada con el libre desarrollo de la personalidad y los derechos a la integridad física y moral. El principio de dignidad se manifiesta singularmente en la autodeterminación consciente y responsable de la propia vida y lleva consigo la pretensión de respeto por parte de los demás (Sentencias 972-90, 2665-94).